2.16.2007

selling england

vEste año, movidos por la nostalgia y tal vez por cheques no despreciables, vuelve Genesis a las tablas. Bueno, al menos Genesis en su más exitosa y lucrativa versión. Lo que podría ser una agradable sorpresa en realidad tiene sabor a decepción para muchos. Y resulta paradójico que teniendo a los 5 'clásicos' en perfecto estado de conservación, los egos puedan más y nos presenten la encarnación 'light' de una banda que hizo historia.

No es por desmerecer a Tony Banks ni a Michael Rutherford; menos a Phil Collins. Pero la distancia entre la intrascendencia del 'Invisible Touch' y la minuciosidad de 'Foxtrot' es abismal. Imposible hacer desaparecer la mano precisa de Steve Hackett y la presencia absorbente de Peter Gabriel; y pretender que existe continuidad.

A diferencia de otros engendros musicales que tendrían que recurrir a la reencarnación para reunirse, Genesis tiene todo a la mano. Todos disponibles, todos en forma. Claro, con barba blanca hasta el suelo y rostro desfigurado, pero disponibles al fin.
Supongo que será una cuestión de libertades personales. Los caprichos de la hinchada no tienen que ser necesariamente complacidos....

Así que hay que conformarse con aquella gente que hace lo que desde hace siglos es la norma en la música llamada clásica. Interpretar. Revivir a Brahms o a Schubert está fuera de nuestra ciencia pero hay gente interpretando sus obras permanentemente. La interpretación es igual a la original, pero totalmente diferente. Y con eso vivimos contentos.

Del mismo modo, profesionales como 'The Musical Box' recrean a Genesis 72-75 con un grado de detalle que asusta. Provistos de instrumentos de la época: mellotron, hammond, rickenbakers dobles y un largo etc, hace cada solo, cada pasaje, cada nota como con libreto. Inclusive la flamboyante indumentaria gabrieliana es fielmente reproducida, flores, zorros y britannias incluidos. Las bizarras historias que sirven de entremés ente canción y canción tampoco escapan de las reconstrucciones, complementadas con la escenografía y juego de luces originales.

Es una experiencia primordialmente musical pero también visual difícilmente comparable a otro acto contemporáneo. El impacto es tal que los mismos miembros originales de Genesis han aplaudido. Rutherford ha ido incluso más allá y sostuvo que lo hacen incluso mejor....

Desde la intro a capella 'Can you tell me where my country lies', pasando por el piano de Firth of Fifth, la marcha triunfal del Epping Forest, el lawnmower y la inocentada de More Fool Me, hasta Romeo & Juliet en el Cinema Show, Selling England es un hito indeleble en la historia del ambiguo prog.
Y escucharlo en su integridad, junto a una selección de otras masterpieces tiene sabor a privilegio. Los ojos fosforescentes del Wathcer of the Skies, las 36 cuerdas del interminable Supper's Ready, el infierno del 666, Old King Cole y el tragicómico nursery crime; Es una historia tras otra, y es imposible escapar de ellas, te absorben desde el primer instante y exprimen tus sentidos, les obligan a sentir cada cuerda de la Les Paul de Hackett, cada beat de Collins y cada secuencia de Banks.

Pasarán algunas semanas hasta recuperarme de la conmoción. Por ahora sigo escuchando retumbar en mis oídos el gran final de The Knife: 'Martyrs of course to the freedom i will proviiiiiiiiiiiide'