7.12.2009

Segovia

Se dice que el Rey Alfonso X de Castilla era un erudito como pocos en el tiempo de su reinado, en plena edad media. A pesar de sus desaciertos políticos y la crisis que dejó al momento de morir, la historia es benevolente con Alfonso X por la obra cultural que dejó.

En una época en la que la península aun compartía dueños entre árabes y cristianos, el reino tenía urgencias militares y políticas que dificilmente dejaban algun espacio para el arte y el conocimiento. Pero este Rey era peculiar y se rodeó de los mas reconocidos eruditos del momento: musulmanes, judíos y también cristianos. Mucho del conocimiento en áreas como la astronomía estaba en manos de los sabios árabes, así que Alfonso no tuvo ningún reparo en convocar traductores que pudiesen recopilar ese conocimiento. Del mismo modo elaboró códigos legales que han sido la base e inspiración legislativa en la era moderna. Y por si fuera poco se conocen volúmenes de poesía y música de su autoría.

No es entonces sorprendente que se conozca a Alfonso como 'El Sabio'. Uno de los lugares de predileccion del monarca fue Segovia, en la que estableció por algún tiempo su corte.

Segovia, a pesar de haber tenido una posición de importancia durante la ocupación romana, estuvo casi olvidada durante el tiempo de la ocupación musulmana. Ya en tiempos de Alfonso el territorio había sido reconquistado y la ciudad estaba renaciendo. El legado más llamativo e importante que los romanos habían dejado seguía intacto y sigue estándolo hasta nuestros dias: el Acueducto de Segovia. Esta obra monumental de ingeniería tiene la particularidad de ser técnica y estéticamente grandiosa. El tramo que sale comunmente en las fotografías es solo una porción de este conducto que aprovisionaba de agua a la ciudad hasta hace algo mas de 50 años.
Cuenta una leyenda que su construcción fue en realidad una obra del mismísimo lucifer, como recompensa por el alma de una señora que cansada de traer el agua cada día desde el río distante, hizo un pacto diabólico. Durante la noche de su construcción, una tormeta espantosa se apoderó de la ciudad mientras lucifer armaba los inmensos arcos piedra por piedra. La señora, arrepentida por el pacto que había realizado, pidió al Señor que la perdonase por sus actos. Y la leyenda finaliza diciendo que lucifer no pudo colocar la última piedra antes del alba, así que el pacto quedó anulado pero el acueducto quedó casi concluido, aparte de la piedra faltante (y para bien de la humanidad :) ).

Es posible que la majestuosidad de las piedras del puente del acueducto hayan inspirado a Alfonso a instalarse en la ciudad y particularmente en el Alcázar de Segovia. Esta antigua fortaleza, construida en un promontorio estrecho e inaccesible, fue transformada gradualmente en palacio y residencia real. Alfonso X, fiel a su apodo, utilizaba su torre mayor como observatorio astronómico. Como premio, un cráter de la luna lleva su nombre. El universo nos ha fascinado desde que nacimos, mirando lanoche estrellada. Es posible que tratando de imitar esa perfección que los ojos ven, hayamos creado las artes y las ciencias.


Una muestra de ello son las iglesias que habitan en la antigua Segovia. En particular la Catedral se muestra imponente desde lejos, con la cúpula y la torre del campanario como centros de atención. Esta catedral , construida en el siglo XVI, es un ejemplo del gótico tardío, tal vez una de las últimas catedrales de europa de ese estilo. Incrustada frente a la plaza mayor, la Dama de las Catedrales inspira por su belleza y proporciones, y domina el espectáculo de cualquier visita a Segovia.



Al atardecer las sombras se apoderan poco a poco de Segovia y las luces artificiales se encargan de reemplazar la luz de luna. Las siluetas de la ciudad son de cúpulas, campanarios y torres que van olvidando su edad, y que deben parecerse mucho a las que veía Alfonso X cuando caía la noche.