ferry across the Mersey
Los docks de Liverpool tienen mucho que decir. De esas mismas orillas han zarpado innumerables barcos cargueros desde hace siglos, ayudando a levantar el imperio marítimo de las islas británicas. Esos docks han sido también escenario de cruentas subastas de esclavos durante la época del masivo comercio de africanos arrancados de sus tierra natal. Liverpool también fue testigo de los viajes de numerosos cruceros inhundibles como el Lusitania, o de las tropas aliadas rumbo a la liberación de la Europa continental ocupada en la segunda guerra.
Para bien o para mal, Liverpool está atada al mar y a todo lo que viene con él. Es el intercambio incesante, tanto económico como comercial, social y cultural que han hecho de Liverpool una gran puerta. Una puerta abierta que sigue dejando influenciar las islas con condimentos de todos los contientes.
La cúspide de esa hegemonía marítima probablemente se pueda fijar entre fines del siglo XIX y principios del XX. Al menos eso aparentan las imponentes construcciones de la época que dominan en gran parte la vista liverpudliana. Lo primero que los barcos y ferries que llegan a Liverpool ven, son las "3 gracias", ejemplos de esa arquitectura ostentosa e imperial que da una idea del poder del comercio mar´titmo en esos días. El Museo marítimo de Liverpool cuenta todas esas historias, algunas recubiertas de gloria y otras mas bien de vergüenza. el museo de la esclavitud por ejemplo, muestra un ejemplo increíble de ignorancia, intolerancia y perversidad colectiva. La forma inhumana en que la gente era capturada, encerrada y vendida como animal, se justificaba en la insostenible teoría de la inferioridad de la raza. Afortunadamente la inconsistencia y brutalidad de ese razonamiento ha caído y sigue cayendo, tal como lo expresa el contenido de ese museo.
Pero toda esa hegemonía comercial también trajo consigo un crecimiento intelectual y cultural importante, que también ha dejado sus huellas, por ejemplo en la impresionante arquitectura neo clásica del St. George's Hall, el World Museum o la Galería Walker. Esta tradición cultural no se ha cedado confinada a la era victoriana sino que sigue hasta nuestros días, tal como se ve en los remodelados Albert Docks, sede de varios museos y de la galería TATE, o construcciones como el Echo Arena y el nuevo Museo de Liverpool.
Algo que no puede pasarse por alto en Liverpool, es el hecho que este puerto de comerciantes haya sido cuna de un fenómeno musical tan extraño e irrepetible como The Beatles. Los rastros están ahi en cada esquina, en Penny Lane o en la tumba de Eleanor Rigby, en las orillas del Mersey, o en el eco que se pueda escuchar en Mathew Street. Pero esa es una historia aparte, por ahora no hace falta contarla sino solamente dejarse inspirar por los mismos vientos que penetran las islas birtánicas a través de Liverpool.