12.22.2005

Château de Chillon

La riviera suiza en el Lac Léman es una de las singulares atracciones que la pequeña confederación alpina posee. Cada ciudad y pueblo que se encuentra en la costa tiene sus toques.

Montreux es una de las pequeñas ciudades de la costa "lémanica". Extrañamente conocida, ha sido visitada por grandes personalidades a lo largo de su historia. Jean-Jacques Rousseau, Nabokov, Tchaikovski, Tolstoi, Hans-Christian Andersen, Strawinsky, Emperatriz Sissi y Lord Byron se cuentan entre sus visitantes. Últimamente, gracias al festival de Jazz de Montreux, cada año grandes figuras de la música se ven las caras en este pequeño pueblo. Freddy Mercury y Queen tenían particualr afección a Montreux y sus "Mountain Studios" donde grabaron muchos de sus tracks (una famosa estatua de Freddy Mercury fue construida aquí hace algunos años).

Montreaux, Lac Léman







Pero en ésta época del año el clima agresivo obliga a refugiarse, y por suerte en Montreux existe un lugar ideal para ello.

El Castillo de Chillon está construido sobre un promontorio ligeramente separado de la costa, de modo que existe un pequeño canal que corta el paso. Al mejor estilo medieval, un puente es la única forma de acceso a Chillon. Imponentes murallas desalientan a quien pretende entrar. Desde lo alto de las torres alguien parece vigilar a los eventuales pasantes. La marea lacustre golpea ligeramente las rocas sobre las cuales está contruido Chillon. Hace frío y es mejor entrar...


Entrada a Chillon








Las torres y murallas del castillo están impresionantemente bien conservadas, aunque tal vez lo más interesante es el interior. Diversas salas, de banquetes, de actos oficiales, habitaciones, incluso baños están a disposición del eventual turista. Algunas de las pinturas y frescos originales siguen en su lugar, así como tapizes y decorado en general. Es rústico, primitivo si se compara con el esplendor francés del siglo de las luces, pero importante como legado medieval. El conjunto de objetos militares, culinarios y de toda índole que guarda Chillon, dan una leve idea de cómo se vivía en aquellos tiempos. Algunas armaduras, lanzas de protocolo, cañones, una ballesta suiza, espadas y macanas con puntiagudos clavos, son algunas de las armas que descansan en las salas. Los baños tenían una construcción bastante simple: hoyos que daban directo al lago. Actualmente se prohíbe utilizarlos. Afortunadamente las chimeneas aún funcionan y dan algo de calor en las frías estancias donde se exponen salas de banquetes. En las habitaciones se evidencia que la evolución del hombre ha incluído un cierto crecimiento en las personas: las camas de los nobles son pequeñísimas. Alrededor del castillo, varias torres de vigía y puestos de combate miran hacia tierra; donde antes estuvo el enemigo ahora hay una tienda de recuerdos.


Murallas de Chillon










Históricamente se tienen referencias de Chillon desde el siglo XI, aunque las inciertas fechas de construcción parecen ser bastante mas antíguas. La ubicación es estratégica, tiene la costa francesa en frente, la entrada al Valais y el cruce hacia los Alpes italianos alsud-este y al mismo tiempo es la puerta hacia las planicies suizo-germánicas. Tomando ventaja de esa ubicación, los condes franceses de la casa de Saboya tomaron el lugar y establecieron gendarmerías para cobranza de peajes e impuestos. De ese modo tomaron control de la región, al mismo tiempo que instalaron en Chillon prisiones para los paisanos enemigos.

El poder de Saboya eventualmente fue declinando, y esto fue aprovechado por el cantón de Berna, que en el sigo XVI envió regimientos a asediar el castillo de Chillon. A esto se sumaron los paisanos de Valais y una flota de Ginebra que buscaba liberar prisioneros de Chillon. Las fuerzas conjuntas lograron expulsar a los franceses saboyanos, terminando su mandato sobre el sitio.


Un fantasma en Chillon










A partir de entonces Chillon y todo el país de Vaud pasó a manos de Berna. Sin embargo la situación sufriría un cambio a fines del siglo XVIII, cuando los habitantes del país de Vaud se libraron del poder bernois con la ayuda napoleónica.

Es así que Chillon es testigo de batallas y sucesos que marcaron la historia del cantón de Vaud y de Suiza en general. Pero también ha presenciado al interior la tortura, desconsuelo y muerte de prisioneros que durante años contemplaron el Lac Léman abrazando una cadena. Mientras tanto, a pocos metros se preparaban banquetes y se agasajos para algunos privilegiados.


Prisones en Chillon: Arcos en punta







Chillon es desde hace muchos años un lugar de visita. Jean-Jacques y Victor Hugo se cuentan entre ellos. Otro personaje intentó dejar un rastro mas visible de su estancia. Lord Byron, al mejor estilo grafitero, dejó su nombre inscrito en una de las columnas de las prisiones. Insiprado por la estadía del ginebrino Bonivard, escribió "The Prisonerof Chillon". Un cuadro en el lugar conmemora el poema de Byron.

Así es Chillon. Lo bueno de Suiza y Europa es que se puede viajar al pasado frecuentemente.




Chillon saluda al Lac Léman y los Alpes

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