On an Island
David Gilmour llegó a Pink Floyd como refuerzo necesario para compensar al errático líder, guitarrista, principal vocalista y principal compositor Syd Barrett. Sin embargo los abusos minarían en cierto momento el estado físico y mental de Syd, apartándolo del grupo y dando pleno espacio a Gilmour. El resultado es conocido por todos, Gilmour se convirtió en la piedra angular de Floyd, tomando control casi total luego del "renacimiento" del grupo a mediados de los 80's.
Sin embargo, luego de los ya míticos conciertos de Earls Court, Floyd llegaría a su fin (por lo menos por ahora) y sus ex miembros tomarían distintos caminos, con alguno que otro disco solista o gira en escalas menores.
Y es así que ahora David Gilmour sale repentinamente a la palestra con un nuevo álbum solista: "On an island", el primero después de mas de 20 años. Y no se trata de cualquier cosa, viene acompañado de algunos invitados especiales y por supuesto un tour de promoción.
El tour europeo se inició en el Konzerthaus de Dortmund, ante la presencia de un público en general suficientemente veterano como para identificarse con el legendario guitarrista. El evento se vendió en instantes, algunos meses atrás y cada uno de los presentes se preguntaba qué es lo que vería en escena, si lo nuevo valdría la pena y si habría algo de lo clásico.
La respuesta llegó con la entrada de Gilmour, acompañado del gran maestro Rick Wright, culpable de los teclados que han hecho tan grande el nombre de Floyd. Semejante par sobre las tablas es nada menos que la mitad de Floyd y eso es suficiente para ponerse de pie y aplaudir. Gilmour procedió entonces a ejecutar el nuevo álbum en su integridad:
- "We are gonna perform the whole new album"
- Aplausos...
- "and then we'll do some oldies and goldies"
- Aplausos y gritos descontrolados
- "Hey, there's also some good stuff in the album"
El nuevo álbum parece interesante. Casi todos los presentes lo escuchaban por vez primera y le daban su aprobación a través de los aplausos. Gilmour demuestra en escena su virtuosidad con las guitarras, sea la Fender Strat, la Les Paul, las acústicas, o las de mesa. Para sorpresa de muchos, en algún momento mostró inclusive sus dotes de saxofonista. Respetos.
Operando una guitarra acústica de mesa
Gilmour, el saxofonista.
En la segunda parte, Gilmour y compañía se propusieron enloquecer a los moderados alemanes. Todo empezó con Shine On, inconfundible emblema de Floyd. Rick Wright y los organos y algunas variaciones acústicas de David. Pero con una sorpresa más, el típico y reconocido solo de saxo, ejecutado por Dick Parry, el saxofonista original que trabajó con Floyd en los 70's en The Dark Side y Wish You Were Here.
Dick Parry y sus dos saxos.
Luego, una rareza, Wot's uh... the deal, de las épocas anteriores a The Dark Side Of The Moon. Un privilegio escuchar revivir un poco del soundtrack de Obscured By Clouds.
Pero entonces vendría el turno de Rick Wright y una de sus obras: Wearing the Inside Out, del último álbum de Floyd. La voz tétrica de Rick en ésta pieza es escencial para darle el carácter sombrío:
My skin is cold
To the human touch
This bleeding heart's
Not beating much
Volviendo a los 70's un pequeño extracto de The Dark Side: Breathe. Creo que no se requieren mayores explicaciones, la locura se apoderó de la audiencia tras los primeros acordes. Pero Breathe no puede ir sola, así que el grupo decidió seguir con Time. Magnífica oportunidad para escuchar una reedición del increíble dúo que aún hacen Gilmour y Wright.
Luego de la explosión de aplausos del público, Gilmour procedió a tomar una de sus acústicas y hacer el número más original de la noche: Dominoes, de Syd Barrett. Sin lugar a dudas una rebuscada opción, incluso desconcertante, pero que hace honores al líder original y primera fuerza de Pink Floyd.
La gran y singular campana que el baterista tenía en su set tenía que ser utilizada en algún momento, así que seguidamente el grupo entonó High Hopes, el himno del último álbum de Pink Floyd: The Division Bell.
Para terminar el set, y a modo de sobrepasar cualquier expectativa, la banda se dispuso a tocar Echoes, épica y magna obra de arte que cierra el álbum Meddle. Experiencia musical única -incluido el celestial dúo vocal de Gilmour y Wright- digna de todas las reverencias. Pero las ensordecedoras aclamaciones llamaban a los encores.
Tal que en 1971: "Overhead the albatross hangs motionless upon the air..."
Obviamente se venía Wish You Were Here, que es una especie de sinónimo de David Gilmour. Acompañado en las acústicas por un eficiente Phil Manzanera, WYWH fue como siempre impecable.
Y para finalizar, el climax de The Wall, Comfortably Numb. Rick Wright -increíble- haciendo el papel de The Doctor y Gilmour en su rol habitual. Otra vez el dúo hace de las suyas sobre las tablas. Y después el solo..., el solo!!!
Gilmour y Wright, ovaciones.
Como 40 años de hacer música, pero aún no se detiene. David Gilmour navega en su isla hacia las tierras imperecederas.
(afortunadamente cierta gente estuvo presta a sacar buenas imágenes -Fleeting Glimpse-)
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire