10.13.2005

Terminamos ... y luego qué?

Tres meses de francés. Por primera vez en mucho tiempo mi tiempo se consumía escencialmente en clases. Y peor aún, unas clases para dar un examen cuyo resultado finalmente importa muy poco (digamos, formalmente :) ). Pero bien, a fin de cuentas es un curso -excusa- para ambientarse a un nuevo tipo de vida y un nuevo tipo de rutina. Había que aprovecharlo de todos modos. Conocer los pormenores de la cultura franco-suiza (suisse-romande) a través de la lengua, de la palabra, de la expresión. Desde Brel pasando por Baudelaire, llegando hasta Tintin (y Haddock, Milou, Tournesol, Dupont, Dupond y la Castafiore por supuesto).




También aprovechar el privilegio de conocer gentes de otros mundos, tan lejanos que durante años su existencia me ha sido indiferente. Conversar al mismo tiempo con un Vietnamita, una Letona, una Uzbeka (perdón, Tártara) y un Colmbiano... Cuándo pude hacer eso antes?









Pero en fin, ya terminó. Hacer maletas una vez más, cargar los bultos en la espalda y tomar el tren de las 7 de la noche. Para encontrar otra ciudad, más grande, más extraña, llena de incógnitas.

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